Carta a Mario y Mujer rota de Teo Revilla Bravo

Posted by Amarande Guzman | Posted in | Posted on 11:27


“CARTA A MARIO”
Dudaba de si escribir esta nota o no hacerlo, al final me he decidido. Mira, me tiemblan las manos, me tiembla todo el cuerpo, tengo hasta miedo de que entres súbitamente por la puerta... No es fácil decirte, Mario, que no me encontrarás cuando llegues -no te enojes, que te conozco, en realidad un día u otro deberías esperarlo aunque sé que lo ves inconcebible-, he dejado tu cena preparada en la nevera, con un minuto en el microondas será suficiente; también dejé preparada la ropa para mañana, está lista, planchada y colgada como habitualmente la tienes cada día: toda la casa queda en orden, es la última concesión, el postrer aliento que me anima. No te niego que pese a todo, aún resbala una lágrima por mi rostro, no sé si por ti, por mí, o por ambos...

¿Dónde me voy, dónde estaré? No intentes buscarme, ya no. Será inútil. Me voy a un lugar mejor sin duda, a un lugar donde nadie me gritará ni me golpeará, ni me hablará para achicarme y anularme a cada momento, donde por fin podré intentar sentirme como persona y no como propiedad; donde no se me impondrá lo que debo hacer sino que podré escoger y elegir lo que desee dentro de mis posibilidades. Donde no habite el miedo, Mario, donde no habite el miedo. ¿Comprendes lo que significa eso?

Sabía desde hace tiempo que debía hacerlo, pero me costaba, me acobardaba, tenía pavor de tu reacción, no estaba segura. ¿Sabes? siempre creí que te quería pese a todo, que un día sería diferente y cambiarías. Tenía esperanzas engañada como vivía, hasta que abrí los ojos, me miré por dentro, y sólo vi dolor y desesperanza. Me cansé de mirarte con temor, a veces aterrorizada, siempre desolada de aguantar la mala vida que me dabas, de sentirme sombra, de ser la empleada de la casa a la que le pagas con un par de bofetadas por semana, me cansé de tus gritos, de tu mal amor, de tu falta de ternura, de verte llegar cada tarde nervioso y enfurecido. Me cansé de sentirme “nada” a tu lado, de ser solo un cuerpo en tu cama que satisface tus instintos más básicos sin importarte para nada mis sentimientos, me agoté de vivir cansada y acomplejada de todo esto, me quedé sin fuerzas ni motivo por qué luchar.

¿Dónde quedó aquella primera ilusión?, ¿dónde está el hombre del que me enamoré? Creo que te imaginé irreal, que te creé y recreé en un principio, que nunca exististe como tal. Pero desgraciadamente sí has dejado marcado mi cuerpo y mi alma con tus golpes, coacciones, menosprecios y palabras. Difícilmente podré volver a confiar en alguien el resto de mi vida, me transformaste en un ser miedoso y sumiso. ¿Sabes lo que es eso, te lo puedes imaginar si quiera? Pero lo poco que queda de mí gritó ¡BASTA, YA NO MÁS!, y no me importa si tengo que empezar de cero para recomponer mi persona y mi relación con los otros. Obtendré ayuda, y tú deberías hacer lo propio porque también estás mal, algo no funciona debidamente en ti. Lo que deseo para mi vida, lo lograré, o al menos lo intentaré sin presiones reencontrándome nuevamente con mi “YO” y, si algo me ha quedado claro, muy claro Mario, es que en ese yo -y espero que en el de ninguna otra mujer- nunca más tendrán cabida seres como tú.

Pintura: "Abstracción" y texto: Teo Revilla Bravo.-2008

Comments (1)

Lo peor del mundo es que te ropan la ilusión y que la conviertan en miedo. Teo te felicito por esta obra llena de sensibilidad.